Cada vez son mas las personas que disfrutan del el cruising y dogging, sin importar la edad o el estado civil de cada uno. Son cientos los usuarios de estas practicas y aunque sea secreto, cada día son más los sitios donde puedes practicarlo.
Cada día, gays y heterosexuales, quedan con desconocidos para mantener relaciones sexuales en sitios públicos. Están haciendo cruising y dogging, dos prácticas que están en boga. Internet se ha convertido en una herramienta clave para este tipo de citas, donde solteros y casados de todas las edades acaban participando en auténticas orgías.
Parecen dos palabras complicadas, pero abordan dos acciones fáciles de describir: practicar sexo en lugares públicos con desconocidos. Suena a algo oculto y de difícil acceso, pero sus practicantes se cuentan con miles. Cada día, muchas personas plasman sus fantasías sexuales en algún lugar recóndito de cualquier ciudad.
El cruising engloba los encuentros esporádicos entre homosexuales, y no tiene traducción al español. Surgió como palabra clave entre los gays anglosajones para hablar de ello sin levantar sospechas, y así llegó a España.
El dogging, en cambio, ganó rápidamente traducción: cancaneo. Los aficionados a este tipo de relaciones sexuales quedan en lugares públicos para practicar el sexo. Les gusta exhibirse y que los que acuden como mirones se sumen a la aventura si lo consideran oportuno. Los ingleses lo denominaron dogging porque la mayoría de los voyeurs que acudían a estas orgías improvisadas se disculpaban diciendo que iban a pasear el perro.
Los españoles en cambio, dejan a un lado el exhibicionismo y aseguran que lo de ‘cancaneo’ tiene otro origen. Según cuentan, la mayor parte de quedadas entre grupos de hombres y mujeres se efectúan en lugares recónditos, a donde no llega el abono transporte. Todo el mundo que se cita en ellos acude en coche. Y cómo, exceptuando en los monovolúmenes, no es muy cómodo tener relaciones sexuales en ellos, la gente suele tomar una postura en particular. Por eso de lo de cancaneo.